El reconocimiento de la neurocirugía como especialidad, se debe a los logros de Harvey Cushing, quien el 18 de noviembre de 1904 presentó su experiencia ante la Academia de Medicina de Cleveland, en un trabajo que llamó « The Special Field of Neurosurgery ». El reconocimiento público como especialidad, lo hizo posteriormente William J. Mayo en una reunión del American College of Surgeons en 1919, cuando después de escuchar la experiencia de Cushing, exclamó «Caballeros, en este día hemos presenciado el nacimiento de una nueva especialidad». Sin embargo, se puede decir que la neurocirugía es una de las disciplinas quirúrgicas más arcaicas o por lo menos una de las que puede presentar evidencias más antiguas de su existencia, ya que desde el periodo neolítico se encuentran cráneos con trepanaciones y en algunos de ellos, signos indicativos de supervivencia a esta cirugía, en todos los continentes y especialmente en América donde los antecesores de los Incas fueron quienes dejaron mayor cantidad de cráneos trepanados.
Aunque la Neurocirugía como especialidad se desarrolló a comienzos del siglo XX, procedimientos quirúrgicos que entran dentro del campo de la Neurocirugía, se han practicado desde los primeros tiempos de la humanidad.
Podemos definir a la NEUROCIRUGÍA como la ciencia que se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del sistema nervioso que requieren procedimientos quirúrgicos para su tratamiento o mejor conocimiento.
La Neurocirugía se ha desarrollado mediante un lento proceso de evolución. En los comienzos, el hombre prehistórico realizaba las operaciones de trepanar cráneos para aliviar las secuelas de los traumatismos o para dejar salir los malos espíritus. Después de esta época inicial, las indicaciones y técnicas de las operaciones sobre el cráneo, columna vertebral y nervios periféricos fueron establecidas por Hipócrates y Galeno.